jueves, 8 de enero de 2009

Decepción

Dios mio...ya entiendo todo. Los Reyes no existen, me he quedado de piedra al enterarme. Normal que abriera la puerta del balcón y a la mañana siguiente el único "regalo" que había en el salón era un frío gelido.

Pues nada, aquí me tienes, con veinti"sdadj" años y creyendo en cuentos infantiles para niños y niñas. Ya décía yo que estos días pasados de navidad los centros comerciales estaban a rebosar y todo el mundo llevaba bolsas y paquetes. Ahora todo tiene su lógica, jaja.

Mi falta de memoria me ha hecho comportarme como un crío de 5 años ansioso por abrir sus regalos, vaya tela. Pero bueno, la anécdota es divertida y yo también he sabido reirme de mi mismo.

Entonces, a ver si voy a comprarme algo y me regalo algo a mi mismo por mi primera navidad después de mi lapsus mental.

Saludos,
Iker

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